Qué es un Aval y un Avalista
Un aval es una garantía de pago que muchos banco o entidades, sean de crédito, pueden solicitarnos a la hora de pedir un préstamo o algún tipo de pago fraccionado. Un aval no sólo se podrá solicitar para un préstamo, si no también para otro tipo de pagos por cuotas, como puede ser un alquiler. El aval es otorgado por un avalista, normalmente una tercera persona, jurídica o física, que actúa de garantía. No obstante, a veces nuestras posesiones, como un coche o hipoteca, puede actuar como aval.
Tabla de Contenidos
- Definición de Aval Bancario
- Avalista y Beneficiario del Aval
- ¿Préstamos sin aval?
- Cuándo nos puede interesar ser avalistas
- Preguntas y Respuestas
Definición de Aval Bancario
Como hemos visto, un aval es cualquier tipo de garantía de pago que ofrezcamos cuando nos convertimos en deudores. Normalmente relacionamos la deuda con créditos, por lo que un Aval Bancario suena a contradicción; pedir a un banco que nos avale para pedir un préstamo. ¿No sería más fácil que ese banco que confía en nosotros nos de el crédito?
Un Aval Bancario es cuando una entidad bancaria actúa como aval a nuestro favor. Nosotros como deudores seremos avalados por una entidad de prestigio y que conoce mejor que nadie nuestra solvencia. Por decirlo de alguna manera, el banco se ofrece a ser nuestro «seguro» en caso de impago.
Los avales bancarios suelen ser requeridos por contratos de alquiler. Aunque pueden ser totalmente gratuitos, muchas veces los avales bancarios pueden tener un coste del 1% del importe total a avalar. Esto puede darse por ejemplo si decidimos tomar una hipoteca con otro banco del que no somos clientes debido a sus mejores condiciones. En tal caso, nuestro banco, evidentemente, querrá ganar algo de dicha operación.
Avalista, Avalado y Beneficiario del Aval
Además de la figura del Aval Bancario, un aval y un avalista pueden ser de cualquier naturaleza y tener cualquier destino. Por ejemplo, el mismo banco puede pedirnos un aval para un préstamo. Por ello, has de tener claro las figuras que conforman el acto de avalar una deuda.
- Avalista o Librador. Es la persona jurídica o física que actúa como garantía. En un aval bancario, será el banco, pero puede ser un familiar, nuestra empresa o incluso alguna de nuestras propiedades.
- Beneficiario. Es quien ha emitido la deuda y exige el aval. Por ejemplo, en un préstamo con aval, será la entidad financiera que otorga el préstamo.
- Deudor o Librado. Es quien necesita el aval para contraer la deuda. También llamado cliente, puede ser una persona física o jurídica.
Como ves, incluso poner nuestro coche como garantía se podría considerar tener un aval. No obstante, los créditos que suelen pedir este tipo de avales se suelen denominar préstamos con garantía, más que préstamos con aval.
¿Prétamos sin aval?
Es probable que hayas acabado leyendo este artículo porque has tenido que pedir un crédito y se te ha solicitado un aval. En estos casos, el banco rara vez nos lo otorgará, ya que si nuestro banco decidiera avalarnos también estaría dispuesto a otorgarnos él el crédito.
¿Existen los préstamos sin aval? Sí. De hecho, pedir un aval es cada vez una costumbre menos habitual. Esto se debe a que la figura del aval era más común en tiempos donde no existían las inmensas bases de datos que tenemos hoy en día. Gracias a sistemas de verificación de solvencia como Instantor, basados en la banca online, cada vez es más común que las financieras aprueben créditos en minutos gracias a la posibilidad de verificar nuestra solvencia de manera automatizada.
Los préstamos sin aval no suelen ser más caros que el resto, a diferencia de lo que sucede con los préstamos con ASNEF. Esto se debe a que el aval se suele pedir nada más que en operaciones de gran envergadura, como hipotecas, donde los importes son muy elevados.
Cuándo nos puede interesar ser avalistas
No siempre nuestra situación será la de ser quienes necesitan el aval. Puede que nuestros hijos, pareja o algún familiar o amigo cercano nos pida que seamos su aval. ¿Debemos decir que sí? ¿Nos conviene ser un avalista?
Si nosotros somos quienes actuaremos como avalistas, tendremos que tener en cuenta los siguientes puntos:
- No te fíes del avalado. No te pedimos que desconfíes de tus seres queridos, pero no dejes que tus sentimientos se metan en medio de tu economía. Sé objetivo.
- El avalado siempre puede fallar el pago. No te metas de avalista porque confías en que tu avalado nunca necesitará de tu aval. Nunca sabes qué puede pasar, desde perder el empleo a causas mayores totalmente ajenas a la responsabilidad o no del deudor.
- Capacidad de asumir la deuda. Como decimos, puestos ya en el escenario de que existe la posibilidad de que tengamos que asumir la deuda del deudor, asegúrate de tener ahorros o patrimonio suficiente para asumir la deuda completa.
- La deuda no se cancela si no se paga. Ten siempre en cuenta que no hay manera de librarse de la deuda si el deudor original no la paga.
Si cumples todas estas condiciones, te animamos que ayude a tus seres queridos con sus deudas. Pero siempre con cabeza.
Número de cuenta: Preguntas y Respuestas
Un aval bancario es cuando la entidad bancaria de la que somos clientes se presenta como avalista a nuestro favor. Es común cuando hablamos de contratos de alquiler, ya que para préstamos no tendría sentido que el propio banco se presente como aval, ya que en tal caso le podríamos pedir directamente el crédito.
El aval expira cuando el deudor pague toda la hipoteca, o la parte acordada si se trata de un aval parcial. No obstante, puede declararse nulo si se cancela la hipoteca o se considerase abusiva.
Gracias a métodos alternativos para verificar la solvencia e historial crediticio de los deudores, cada vez menos bancos exigen aval y más ofrecen préstamos sin aval.
No. Comúnmente, si podemos abonar la entrada, que ronda el 30% del importe total del inmueble, no será necesario. En caso contrario, es cuando es probable que se nos solicite un aval.
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