Derivados financieros. Diseño de Pete Linforth, Pixabay.

Cuando en el mundo financiero se habla de derivados, productos derivados o derivados financieros, estamos hablando de un producto financiero cuyo valor depende del valor de otro activo, denominado con frecuencia activo subyacente.

Pese a que se trata de un concepto que puede resultar algo confuso debido a todos los tipos de derivados que existen y los diversos funcionamientos de los mismos, en este artículo vamos a intentar explicar qué son los derivados de la forma más comprensible posible.

Conocerlos te permitirá avanzar en tu educación financiera, ya que pese a ser el menos famoso entre ellos, se trata de uno de los 3 principales instrumentos financieros, a saber: Acciones, Deudas (bonos, hipotecas, etc.) y Derivados.

¿Qué son los derivados?

De acuerdo con la propia definición de la CNMV y como ya hemos mencionado, los derivados son instrumentos financieros cuyo valor deriva del precio que tenga un activo subyacente.

¿Y qué es ese activo subyacente? Pues puede ser la acción de una empresa como Apple, el valor de una divisa como el dólar americano o el yen japonés, el precio de una materia prima como el oro, el petróleo, así como un largo etcétera.

Productos derivados
Diseño de Pete Linforth, Pixabay.

Los derivados siempre van asociados, por contrato, a un plazo determinado. ¿Por qué? Pues porque el intercambio efectivo se va a producir al final de ese acuerdo, pero con un matiz muy importante: el precio que vamos a pagar por aquello que queremos comprar es el precio actual de ese activo subyacente, no el precio que tenga al terminar el plazo.

Veamos cómo se aplica lo que acabamos de afirmar en un ejemplo lo más sencillo posible.

Imagina que acudes a la misma gasolinera todas las semanas a echar 30 litros de Gasolina 95, y como es normal, cada vez que repostas pagas la gasolina al precio al que se encuentre la gasolina en ese momento.

La gasolina está a 1,7€ el litro, con lo que repostar 30 litros supone un pago de 51€, y como bien sabrás, el precio de la gasolina va subiendo y bajando constantemente.

Hoy, sin embargo, acuerdas con el dueño de la gasolinera que la semana que viene vas a repostar los mismos 30 litros de siempre, pero lo harás al precio que tiene la gasolina hoy.

Así, ambos estaríais realizando una apuesta, porque si el precio de la gasolina baja la semana que viene, el dueño del negocio habrá ganado la diferencia, mientras que si el precio de la gasolina sube, tú habrás ganado la diferencia.

¿Para qué sirven los derivados?

Los derivados financieros son productos más complejos que las acciones o las deudas, especialmente cuando tenemos en consideración los distintos tipos que existen. Sin embargo, una de las principales utilidades de los derivados es proteger inversiones.

Algunos inversores especializados, así como empresas, utilizan los derivados para resguardarse ante los cambios negativos en el mercado en relación a sus inversiones. Por ejemplo, si estás invirtiendo en petróleo o te puede afectar gravemente la subida o bajada de una divisa, puede ser interesante apostar mediante derivados para obtener ganancias en caso de que tus activos se devalúen.

Derivados
Imagen de Pexels, Pixabay.

Los derivados presentan cierta sinergia con el apalancamiento, es decir, endeudarse para invertir en algo que esperamos que nos presente un mayor rendimiento que los intereses de nuestra deuda. Esto se debe a que obtienes beneficios si el precio del activo subyacente en el que habías invertido se reduce, ya que están diseñados para que una bajada del valor de dicho activo suponga una subida de valor para el derivado.

Además, los derivados (específicamente los CFD) son uno de los productos ideales cuando deseamos vender en corto, ya que nunca necesitas la propiedad del activo en cuestión, prestada o no.

Recuerda que vender en corto es la operación financiera según la cual buscas obtener beneficios cuando un activo se devalúa. Uno de los casos modernos más famosos de venta en corto es el de la cadena GameStop, en el que la noticia de que se estaba vendiendo en corto contra la empresa desató un fenómeno sorprendente. Además, los derivados y la venta en corto jugaron un importante papel durante la crisis de los activos tóxicos.

Características de los derivados

Algunas de las principales características de los derivados son:

  • Los puedes negociar en mercados organizados o no organizados. En España tenemos el MEFF (Mercado de Opciones y Futuros Financieros), el cual depende de la CMNV y el Ministerio de Economía. El MEFF es el mercado oficial para opciones y futuros financieros donde negocias algunos derivados y acciones.
  • Las condiciones del contrato están estandarizadas y no pueden ser modificadas una vez firmado el mismo, a diferencia de otros instrumentos financieros. Entre estas condiciones se encuentran el importe, el activo subyacente en cuestión o la fecha de vencimiento del contrato.
  • No hay que esperar a que se cumpla la fecha de vencimiento del derivado, ya que puedes comprar o vender en cualquier momento del horario de la sesión.
  • Son un instrumento financiero complejo y considerado de alto riesgo, especialmente en combinación con el apalancamiento, por lo que suelen ser propios de inversores y carteras con un perfil más agresivo que están dispuestos a aceptar el riesgo de perder más dinero del que se ha invertido inicialmente.

Tipos de derivados

Podemos analizarlos desde distintos criterios, como por ejemplo dependiendo de la complejidad del mismo, de dónde lo contratemos o negociemos, dependiendo del tipo de activo subyacente (como por ejemplo divisas, acciones, metales preciosos, etc.) e incluso de la finalidad (cubrirse, especular, etc.).

Sin embargo, vamos a centrarnos en el que consideramos que es más importante a la hora de realizar una introducción a este instrumento financiero: los distintos derivados en función del tipo de contrato.

Opciones

Cuando hablamos de opciones hablamos de un derivado cuyo contrato se caracteriza porque el inversor tiene derecho a comprar o vender un cierto porcentaje del activo subyacente a otro inversor, en una fecha específica y a cambio de una cierta cantidad.

Por ello, su principal cualidad es que el inversor tiene derecho a comprar o vender, convirtiendo a las opciones en un producto mucho más flexible para el inversor. Este hecho convierte a las opciones en uno de los tipos más atractivos.

Contratos de futuros

También conocidos como futuros, son un acuerdo entre dos partes para la compraventa de una cantidad determinada de un activo con un precio específico y en una fecha específica.

Estos contratos están estandarizados en cuanto a calidad y cantidad del activo subyacente, simplificando así posibles complejidades y problemas de negociación en el mercado de los mismos. Los futuros pueden tener como activo subyacente a un índice bursátil, materias primas, divisas e incluso activos físicos.

CFD

Los CFD (Contracts For Difference o, en español, contratos por diferencia) son contratos con un alto nivel de riesgo debido al apalancamiento y el riesgo inherente a perder toda la inversión además de seguir teniendo la deuda propia del apalancamiento.

Con un CFD puedes especular con la variación de precio del activo subyacente, o lo que es lo mismo: un CFD es un contrato entre dos partes para intercambiar la diferencia entre el precio de compra y el de venta del activo en cuestión. En contraste con los contratos de futuros, los CFD no se negocian a través de un mercado secundario, sino siempre a través de un bróker.

Warrants

Las warrants son similares a las opciones, ya que te dan la posibilidad de comprar o vender, y al igual que en las opciones no tienes la obligación de vender en la fecha de vencimiento inicial. Sin embargo, se diferencian de las opciones en el sentido de que para realizar la compraventa de una warrant siempre debes hacerlo a través de un intermediario financiero autorizado.

Swaps

Son contratos entre dos partes que se comprometen a intercambiar las ganancias de dos activos subyacentes distintos. Son algo más complejos que los otros tipos de derivados, con lo que será mejor que lo expresemos con un supuesto teórico.

Pongamos de ejemplo que tienes un préstamo a tipo fijo anual del 6%, mientras que un conocido tuyo tiene un préstamo mixto en el que paga el euríbor + 2%. Si crees que el euríbor va a bajar, pero tu conocido cree que va a mantenerse o a subir, podríais realizar un swap con el siguiente resultado:

  • Tú le pagas una cantidad acorde al interés variable del euríbor + 1%
  • Tu conocido te paga un interés fijo del 5%

Al hacer esto, estarías convirtiendo tu deuda de tipo fijo a una de variable que puede reducirse en comparación con tu préstamo de tipo fijo, ya que siempre que el euríbor esté por debajo del 5%, estarías ahorrando dinero con el swap.

Por otro lado, tu conocido habría conseguido convertir su deuda de tipo variable en una deuda a tipo fijo y pagando algo más si tenías razón, pero a cambio se blinda ante posibles subidas del euríbor.

Conclusión

Los productos derivados son probablemente el instrumento financiero más complejo de entre los tres mencionados anteriormente, y si bien pueden ofrecerte una cierta rentabilidad, siguen siendo productos financieros arriesgados y nada recomendables para un perfil de inversión conservador o equilibrado.

Si estás interesado en otros productos de inversión con menores riesgos asociados, te recomendamos que eches un vistazo a nuestro artículo sobre los productos de inversión más seguros, aunque recuerda: toda inversión siempre entraña peligros.

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