Cómo ahorrar dinero; consejos y trucos
La historia de siempre. Llegamos a fin de mes convencidos de que esta vez sí que lograremos alcanzar cierto superávit para ingresarlo en esa cuenta depósito que tenemos más vacía que nuestra nevera, pero como mucho llegamos a una cifra tan irrisoria que prácticamente no nos vale la pena. ¿Cómo hacer para poder ahorrar significativamente a final de mes y no morir en el intento?
¿Estás hecho para el ahorro?
Lo primero de todo es que no debes culparte. Ahorrar no es fácil, y se complica si nuestra situación económica no es la mejor; he aquí la paradoja de que, cuanto más necesitamos ahorrar, más nos cuesta. En un mundo controlado por el dinero, es normal y hasta sano que de vez en cuando pensemos en algo más que en ahorrar números. Por supuesto existen trucos para ahorrar, los cuales te contaremos, pero no te castigues si no has podido hacerlo hasta ahora; es en parte, natural.
Y es que el por qué de tu incapacidad para ahorrar no es algo que sólo tú hayas intentado averiguar. Son varios los científicos de las ramas de la psicología y la economía quienes han intentado indagar el por qué solemos preferir comprar esa chaqueta que tanto nos gusta en lugar de ahorrar su precio para futuras necesidades. De hecho, investigadores de la Escuela de Negocios Wharton escribieron en su libro «Psychology«, que nuestro cerebro nos hace mucho más felices con una recompensa inmediata que con una a largo plazo.
Aunque esto suene descorazonador, recuerda que somos seres racionales. Otros estudios han demostrado que involucrarnos activamente en el ahorro nos hace mucho más efectivos. Podemos «hackear» nuestro cerebro para aprovecharnos de otros instintos que dominan nuestro cerebro, como la inercia, contratando planes de pensiones automáticos. En un estudio del «Journal of Political Economy« comprobó que, cuando usamos la pereza a nuestro favor (tener que cancelar el plan), podemos anular nuestros impulsos consumistas.
Cómo hacer para ahorrar dinero
Ahora ya sabes cómo nuestro cerebro está programado para impedirnos ahorrar. Pero recuerda que también estamos programados para caminar desnudos, tener hijos y comer siempre que podamos, y es algo que afortunadamente no hacemos todo el día. Lo que hace al ser humano único son dos cosas: su capacidad de raciocinio y transmisión de conocimientos. Y si bien no podemos obligar a nadie a usar el sentido común, ¡Sí que podemos transmirte nuestros conocimientos!
Empecemos por lo más básico; tenemos que imponernos metas realistas. Si cobramos 950€ y pagamos 300€ de alquiler, no vamos a poder ahorrar otros 300€. Aunque la ambición es buena, el exceso de la misma puede hacernos fallar estrepitosamente. Puede que no lleguemos a ahorrar esos 300€, si no 100€, y víctimas del pesimismo, decidamos que tan poco dinero no vale ni la pena ahorrar, por lo que acabaremos gastándolo o simplemente ahorrando una cantidad incierta y baja cada mes.
Un buen cálculo de cuánto deberíamos ahorrar es un 20% de nuestros ingresos, como dice la famosa Ley 50-30-20, la cual indica que la mitad de nuestros ingresos deberían ir a gastos vitales (vivienda, suministros y alimento), mientras que el 30% debería ir a nuestros gastos personales y el 20% restantes a nuestros ahorros. Por supuesto no ha de ser una ley exacta y si quieres ser austero, puedes cambiar el 30% a tus ahorros, pero más del 30% sería arriesgado. Si aún así se te hace complicado, redúcelo al 10%. Y recuerda que un 5% o un 3% es mejor que un 0%; al final intenta ahorrar porcentajes, no cifras exactas.
Para llegar a ese 30%, 20% o 10%, sigue los siguientes consejos:
- Anula suscripciones que no uses. Streaming que apenas veas, ese gimnasio que nunca has pisado, esa ONG que debería ayudarte a ti en vez de usar tu dinero… valora qué te sale a cuenta pagar mensualmente y qué no.
- Pagos a plazo y Tarjetas de Crédito. Si dispones de tarjetas o líneas de crédito que te permitan aplazar compras, intenta no caer en una espiral de deuda. Úsalas sólo si es necesario, ya que estás usando realmente un dinero que no posees y pagando un extra en comisiones por ello.
- Aprovecha los ingresos extra para tapar agujeros. No uses la doble paga de navidad para tirar la casa por la ventana. Intenta primero tapar agujeros y cubrir necesidades, e incluso ahorrar parte de ella.
- Valora tu línea telefónica. ¿Estás pagando por lo que usas? ¿Realmente necesitas tantos datos? ¿Por qué llamadas ilimitadas si sólo haces llamadas por WhatsApp? Si sólo usas internet en el móvil, no necesitas una línea ADSL, lo mismo si has contratado ese pack con una TV por cable que apenas ves. No temas cambiar condiciones o de proveedor.
- Invierte tus ahorros. Ahorrar sin rentabilizar es casi lo mismo que dejar tu dinero pudrirse. Aunque sea un pequeño porcentaje, intenta que tus ahorros estén en un depósito que genere ingresos pasivos, o bien te protejas de la inflación invirtiendo en bolsa.
Ahorrar en el recibo del agua
Uno de los gastos que más sustos nos da, ya que a veces pasa desapercibido y otras veces nos supone gran parte de nuestros ingresos, es el recibo del agua. Por ello, pasamos a darte unos consejos que puedes seguir para salva algo de dinero a la hora de paga tus facturas del agua.
- Comprueba tu contrato. Como siempre, lo mejor es saber si has contratado el producto que necesitas. Intenta que sea un suministro con descuento en las horas que sueles poner la lavadora y ducharte, y busca alternativas más baratas.
- Usa la carga completa. Ya sea lavadora o lavavajillas, intenta que los electrodomésticos estén a su carga máxima, así ahorrarás bastante dinero, ya que son los principales consumidores de agua de una casa.
- Evita el baño completo. Si tienes una bañera, deberías evitar usarla a menudo, y limitarte a duchas lo más rápidas posible. Aunque en invierno sea tentador pasar largos minutos bajo el agua caliente, plantéate usar el agua fría más a menudo, ya que incluso mejorará tu circulación además de ayudarte a salir de la ducha antes.
- Aprovecha el Gimnasio. Si al final no has cancelado tu suscripción al gimnasio porque eres un adicto de las barras, aprovecha y haz tus duchas allí.
- Piensa ecológicamente. Si vemos el agua como un recurso preciado, no sólo a nivel económico sino también ecológico, empezaremos a usar menos. Cerrar grifos cuando no sea necesario (por ejemplo, mientras enjabonamos la loza o nos cepillamos los dientes), reutilizar agua o no abusar de ella hará bien a tu economía y a tu bolsillo.
- Instala una cisterna de doble descarga. Así, ahorrarás muchísima agua al usar cargas proporcionales al uso de la cisterna, sin desperdiciar agua.
- Revisa las instalaciones. Si a pesar de todo tu consumo es elevado, puede que tengas alguna pequeña pérdida que pase desapercibida, ya sea de las tuberías o de un electrodoméstico. Si lo necesitas, puedes incluso pedir un préstamo para realizar dichas reformas.
Ahorrar en el recibo de la luz
El recibo de la luz es el gran temido de todos los recibos. Y no es para menos ya que ocupamos el número 5 en el puesto de recibos de luz más caros de Europa. Pero no te preocupes, ya que con los siguientes consejos, lograrás reducir dicha factura de manera considerable.
- Comprueba tu contrato. Al igual que con todos los suministros, asegúrate de tener el contrato que se corresponda con tu estilo de vida e ingresos. Intenta que la potencia corresponda con tu gasto, que existan rebajas cuando más estás en casa y cambia de compañía si encuentras una oferta mejor.
- Evita la calefacción eléctrica. Especialmente los calentadores baratos de luces halógenas, si vives en una casa donde el frío puede ser habitual, valora instalar calefacción central o incluso una chimenea. Si no tienes alternativa porque estás de alquiler, valora la potencia que realmente necesites y programa los aparatos para cuando haga más frío. Recuerda que las mantas a veces hacen más que un calentador, y valora invertir en calidad del electrodoméstico que en su gasto.
- Usa un ventilador. Aunque el aire acondicionado sea tentador, no sólo es más caro en su instalación, si no que ahorraremos hasta un 90% de energía con su uso. Por supuesto, ayúdate de ventanas abiertas y una buena ventilación en el domicilio.
- No dejes nada encendido que no uses. Desde las luces de las habitaciones en las que no estés, hasta el engañoso modo «Standby» que por ahorrarnos unos segundos en el encendido de los aparatos, puede suponer entre el 7% y el 11% de nuestro gasto eléctrico.
- Mantén una temperatura adecuada. Sea invierno o verano, nuestro aire acondicionado o calefactor debería oscilar los 20 grados. Por mucho que nieve fuera o las piedras se derritan, evita hacer una sauna en invierno y un iglú en verano.
- No introduzcas alimentos calientes en la nevera. Y no por cuestiones sanitarias, si no porque nuestras neveras y congeladores necesitan un extra de potencia a la hora de enfriar elementos calientes.
- Pásate al LED. Está comprobado que estas luces significan un ahorro significativo energético. Además, le darán un toque moderno a tu vivienda.
- Baja el Termostato. Si has seguido nuestro consejo del agua, mejor aún si te acostumbras a las duchas de agua fría. Pero si necesitas algo de calor en tus duchas, intenta no pasarte y regular la temperatura del termostato para ahorrar electricidad.
- Saluda al sol. No seas tímido y vivas con las persianas cerradas y las luces encendidas. Aprovecha la luz solar y si puedes y tu hogar es de tu propiedad, puedes incluso instalar cristaleras que hagan de tu hogar un lugar más luminoso.
Preguntas y Respuestas
Más que un importe fijo, cuenta porcentajes. Entre el 10% y el 30% de tus ingresos es una cantidad óptima y realista.
Contratando una cuenta depósito o un fondo, sea de la modalidad que sea, o bien invertir en otro tipo de ingresos pasivos como la bolsa de valores.
Desde consumir lo necesario a tener la tarifa que necesitas, existen bastantes trucos para disminuir tu recibo eléctrico.
Si miras el suministro del agua desde los ojos de un ecologista, empezarás automáticamente a reducir su consumo al necesario, y a reutilizarla más a menudo.
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