Denominamos rentabilidad, dentro del ámbito financiero, a los beneficios económicos que una empresa o actividad reporta a sus accionistas o propietarios. La rentabilidad sería todo el beneficio o lucro obtenido tras deducir los gastos requeridos al importe neto obtenido mediante la actividad.
Definición de rentabilidad y ganancias
En el mundo financiero, la Rentabilidad Financiera se denomina también Rentabilidad del Accionista o ROE (del inglés Return on Equity), y como puedes ver, está claramente asociada a empresas con accionistas que esperan un retorno en sus inversiones.
El cálculo de la Rentabilidad Financiera es sencillo, ya que deberemos dividir el beneficio neto (es decir, lo que ganamos tras haberle restado los gastos que necesitamos para obtener dicha ganancia) por el patrimonio neto (es decir, el capital y posesiones de la empresa), y luego multiplicarlo por 100.
Otra fórmula para calcular la rentabilidad financiera o ROE es aplicar la fórmula DuPont. Esta fórmula es más compleja, y tiene en cuenta los siguientes factores:
- El margen neto, o la capacidad de la empresa para convertir los ingresos que obtiene en beneficios respecto al control de sus costes, calculada al divdir el beneficio neto entre las ventas realizadas.
- La rotación de activos, o la eficacia de las ventas ejecutadas por la empresa.
- El multiplicador del capital, o la capacidad de apalancamiento y uso de deuda para financiar la empresa. Se calcula dividiendo el total de activos entre el patrimonio neto.
Ejemplos y tipos de rentabilidad
Existe diferentes tipos de rentabilidad y ejemplos de los mismos. Te adjuntamos una lista con el tipo de rentabilidades existentes, así como ejemplos de rentabilidad.
- Rentabilidad absoluta: Se denomina a la rentabilidad calculada en un cierto periodo de tiempo, normalmente un año, y representada de manera porcentual. Ejemplo: En diez años, la rentabilidad de nuestras acciones es del 10%,
- Rentabilidad acumulada: Se denomina así a la rentabilidad total que hemos obtenido desde que se realiza la inversión hasta que se realiza el cálculo. Ejemplo: La rentabilidad acumulada de las acciones es del 7% desde que se compraron, hace seis meses.
- Rentabilidad anualizada: Se trata de la rentabilidad acumulada dividida entre los años que ha durado la inversión. Ejemplo: La rentabilidad anualizada de una inversión cuya rentabilidad acumulada es del 7% y de la que se lleva invirtiendo 7 años, será del 1%.,
- Rentabilidad económica: Es la rentabilidad que sólo toma en cuenta la capacidad de la empresa de generar beneficios, ignorando la estructura financiera. Es decir, no toma en cuenta el Patrimonio Neto.
- Rentabilidad comercial o rentabilidad sobre ventas: Es la rentabilidad que sólo toma en cuenta la rotación de activos.
- Rentabilidad bruta: Se trata de la rentabilidad a la que no le hemos restado los gastos para generarla. Por ejemplo, una empresa que factura 5 millones pero gasta 6 millones, tiene una mala rentabilidad económica, pero una rentabilidad bruta de 5 millones.
- Rentabilidad neta: Es la rentabilidad que resta los gastos a la rentabilidad bruta.
¿Cómo se miden las ganancias de una empresa?
Ahora que has visto los tipos de rentabilidades y ejemplos de las mismas, habrás notado que la mayoría de las veces hablamos de acciones e inversiones. No obstante, siendo dueños de una empresa, nos interesa calcular simplemente cuán rentable es nuestra empresa. Y esto se calcula con la rentabilidad bruta.
En una empresa, este cálculo es sencillo, pero a veces podemos cometer el error de menospreciar gastos o no tener en cuenta ingresos que llegan con cierta demora. No obstante, si quieres calcular la rentabilidad de tu empresa, puedes seguir los siguientes pasos:
- Decide un período. Normalmente se suele tomar un año como el periodo en el que podremos tener una buena idea de si nuestro negocio es rentable o no, aunque si ya contamos con una fuerte inversión con pérdidas en los primeros años, podemos alargar el plazo.
- Suma las ganancias brutas. Suma todo el capital generado por tu negocio, generalmente las ventas. No deberías sumar importes como el capital financiado o ayudas, ya que esto no refleja la capacidad de generar ganancias de tu empresa, pero ten en cuenta también facturas por pagar al cierre del periodo.
- Resta los gastos. Resta todos los gastos, como pueden ser impuestos, alquileres del local, salarios, etc, pero también otros importes como seguro, amortización de capital financiado y cualquier otro gasto asociado a tu actividad.
- Divide el importe entre los propietarios. Si el negocio tiene más de un fundador o propietario, no te olvides de dividir el resultado, ya que un negocio rentable pero con una suma a repartir entre mucha gente puede no ser rentable para el individuo.
Si ves que tu rentabilidad es baja, con este cálculo también podrás intentar conocer el problema. ¿Hay muchos gastos o pocas ganancias? Tendrás que decidir si es momento de invertir más, recortar en gastos o simplemente asumir que tu negocio no es rentable.
Preguntas y Respuestas
La rentabilidad es la capacidad que un activo tiene de generar beneficios, normalmente calculado en un periodo de tiempo, y que tiene en cuenta la inversión y otros gastos asociados a generar dicho capital.
Existen varios métodos para calcular la rentabilidad de un activo o negocio, pero lo habitual es tomar el total del beneficio bruto durante un periodo de tiempo, normalmente un año, y restarle a éste todos los gastos asociados a generar dicha actividad.
Las rentabilidades más conocidas son la rentabilidad económica, que toma en cuenta los ingresos, gastos y patrimonio neto; la rentabilidad acumulada, que mide la rentabilidad desde el momento de la inversión y la rentabilidad bruta, que no tiene en cuenta los gastos.
Tendrás que calcular su capacidad de rentabilidad bruta y restar los gastos necesarios para generarla. De esta manera, podrás saber si genera pocas ventas (por lo que deberías esforzarte o incluso invertir para que esto se solucione), o simplemente genera muchos gastos (por lo que tendrás que reducir en infraestructura y gastos)
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